El 27 de febrero de 2010 es una fecha grabada a fuego en el calendario nacional, tal vez la más potente de nuestra historia reciente. Sufrimos pérdidas irreparables, fuimos testigos de acciones bajas, pero también salió a flote lo mejor de la naturaleza humana. Pudimos comprobar que, más allá del necesario apoyo del Estado, las personas, trabajando juntas, podíamos salir adelante, y ponernos rápidamente de pie, a pesar de la magnitud de la tragedia.
Hoy, cuando se cumplen 10 años del terremoto y tsunami, es tiempo de mirar atrás, recordar y aprender. Hay más de una forma de conmemorar. Desde luego, está el balance en números de la reconstrucción: el anhelo de distintos gobiernos de exhibir sus logros, el orgullo sano de haber mejorado en tiempo breve, la calidad de vida de miles de chilenos damnificados, y de tomar las medidas para proteger a muchos más en el futuro. Pero esa sería una mirada incompleta.
Nuestro Gobierno Regional del Biobío ha decidido poner énfasis especialmente en las personas. En sus relatos de solidaridad, generosidad, de sobrevivencia. En su voluntad inquebrantable de ponerse de pie, de superar el dolor y reconstruir, como lo ha hecho una y otra vez a lo largo de su historia.
Es por eso que resultó tan significativo para nosotros el comenzar nuestra agenda de 27/F con la visita a la casa de don Juan Altidoro Garrido, para escuchar el increíble relato de cómo salvó a 20 personas del tsunami en Dichato. Lo que más me conmovió fue el dolor que manifestaba por no haber podido salvar a una familia atrapada en un auto, cuyo rostro aún recuerda. “Voy a morir con esa pena”, nos confesó.
En paralelo, presentamos microdocumentales de 7 héroes anónimos del 27/F, y a través de Biobío Chile, invitamos a la gente de nuestra región a escribir sus historias, relatos que en un futuro cercano podremos leer en los vagones y estaciones del Biotrén de EFE. También organizamos, junto a Diario El Sur, una muestra fotográfica en el Teatro Biobío, mismo escenario que por estos días exhibe la obra “Amanecerá con escombros sobre el suelo”, en la que sobrevivientes narran sus vivencias. También manifestamos nuestro compromiso con la naciente Fundación Alto Río.
La historia de cómo nos levantamos, trabajando unidos, no puede ser olvidada y nos debe dar la fuerza y la sabiduría para enfrentar los desafíos que vengan, en tiempos en que muchas veces se imponen el pesimismo y las profecías autocumplidas.
Sergio Giacaman García, Intendente Región del Biobío.
Publicado originalmente en la edición del jueves 27 de febrero de 2020 en el diario La Estrella de Concepción.